El insomnio es uno de los trastornos del sueño más comunes y puede presentarse como dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes o sensación de no haber descansado.
Más allá del cansancio, el insomnio sostenido impacta en la memoria, el estado de ánimo y la salud general, aumentando el riesgo de ansiedad y depresión.
De acuerdo con la National Sleep Foundation, establecer rutinas de higiene del sueño, evitar pantallas antes de dormir y practicar técnicas de relajación puede ser clave para mejorar el descanso.
El estrés y las preocupaciones cotidianas son causas frecuentes de insomnio. Aprender técnicas de manejo emocional durante el día ayuda a que la mente pueda relajarse en la noche.
En algunos casos, el insomnio puede estar asociado a otros trastornos médicos, como apnea del sueño o problemas hormonales, lo que hace necesaria una evaluación profesional.
También es recomendable crear un ambiente propicio: una habitación oscura, silenciosa y fresca favorece la conciliación del sueño y mejora la calidad del descanso.